La ira es un estado emocional caracterizado por irritabilidad, furia y rabia, que dependiendo de su intensificación, puede provocar conductas agresivas hacia los demos o en uno mismo.
Cuando los niños reaccionan de esta manera, los padres tienden a pensar de forma casi automática que algo o alguien ha causado su enojo. Aunque es probable que sea así, es importante no solo fijarnos en la causa y razón de su molestia, sino también en la reacción que tomamos como adultos para corregir su comportamiento y guiarlo a la calma.
Como padres o tutores, a veces corregir este comportamiento puede producir mucho estrés y frustración, pero tengamos en cuenta que los niños pueden frustrarse fácilmente porque aún no entienden como manejar sus emociones o simplemente no saben cómo calmarse.
Algunos de los cambios que se producen en nuestro cuerpo cuando nos sentimos así son: aumento del ritmo cardiaco, presión sanguínea, aceleración de la respiración o contracturas que provocan dolores musculares.
En los niños, la ira puede manifestarse apretando los dientes y los músculos de la cara, como la nariz, las cejas y las mejillas. Además, pueden mostrar un comportamiento fuera de control, donde pueden llorar, gritar, golpear y mostrar una postura rígida o tensa en su cuerpo.
Por otro lado, la ira puede surgir ante situaciones que son valoradas como injustas y/o producidas por sentimientos de odio, celos, envidia, fracaso, y sensación de frustración.
Gestionar inadecuadamente la ira de los niños puede causar problemas en diferentes niveles de interacción con los demás (como la familia, los amigos y la escuela). Este último no solo se puede observar problemas de comportamiento, daños físicos o emocionales, sino también dificultades en el rendimiento académico.
Teniendo en cuenta la importancia de este tema para el desarrollo de tu niño te dejo algunos consejos que te servirán de ayuda para controlar el enojo en tus hijos.
1. Enséñale a reconocer la ira:
Para ayudar a los niños a identificar su enojo y aprender a calmarse, primero tienen que aprender a reconocerlo, ya que a veces pueden estar confundidos y no saber la razón de su enojo. Para fortalecer su conocimiento sobre las emociones, se le puede pedir que identifique en revistas o cuentos rostros de personas que muestren enojo y que el niño intente descubrir que causo ese comportamiento, y los padres apoyar en darles opciones de respuesta para hacer una reflexión sobre cómo se debería actuar.
2. Enséñale estrategias de autocontrol:
Recuerda que los niños responde con ira y enojo porque no han aprendido formas para calmarse, por eso explícale que cuando nos sentimos así no nos pueden entender, por eso es importante que aprenda formas para calmarse, como respirar profundamente, puedes decirle que para hacerlo nos hincharemos como un globo invisible tomando aire por la nariz y después exhalarlo, los padres pueden acompañar este ejercicio contando hasta 10, asimismo, otra técnica para ayudar a que se calme es beber un vaso de agua, presionar una pelotita anti estrés o ir a un lugar donde se sienta cómodo a descansar hasta calmarse.
Por otro lado, frente al comportamiento agresivo se debe enseñar que estar enojados no justicia ninguna agresión con los demás, por lo que después de calmarse deberán reflexionar sobre sus actos.
3. Actúe con calma y dele tiempo a tranquilizarse:
Para ayudar a que el niño sea capaz de actuar con calma, es importante que observe el ejemplo y modelo de sus padres. Nosotros los adultos debemos aprender a buscar maneras de solucionar los problemas sin necesidad de perder el control, sobre todo cuando se trata de corregir. Es importante que en los momento donde el niño sienta ira, le dé tiempo a calmarse y vigilar que no se lastime.
4. fomente el desarrollo de la empatía:
Es una tarea que requiere de mucho esfuerzo pero no imposible que los niños aprendan a comprender a la otra persona y ponerse en su lugar. Para ayudarlos a entender las consecuencias de su enojo. Podemos preguntarle qué piensa que pueda sentir su maestra, amiga o hermano cuando alguien le grita o agarra sus cosas. Y después hacerle la misma pregunta pero colocándolo a el como victima de que cojan sus cosas y las tiren.
5. lleve un control sobre sus avances:
Para medir sus logros, puedes hacer una tabla de recompensas donde se expongan el cambio de su comportamiento agresivo frente al enojo. Por ejemplo, conductas que queremos que cambie en vez de gritar = hablar, golpear = cuidar. Y consecuencias de: insultar= pedir disculpas.
Llegar a comprender el manejo de la ira forma parte del desarrollo de las personas, sobre todo en los niños, quienes están en una etapa de crecimiento. Algunos niños pueden aprender a controlar su enojo de manera rápida, otros necesitaran práctica, pero también dependerá del apoyo y compromiso de los padres.