Buscar el equilibrio para llevar una vida feliz, pacífica y productiva es la clave para gozar de una buena salud emocional. Controlar las emociones y estar motivados ayudarán a tener una relación sana con uno mismo.
Sin embargo, cuando una persona no se siente bien anímicamente, se ve reflejado en el funcionamiento del cuerpo. Por ello, el Dr. José Luis Pérez-Albela, especialista de Magnesol, brinda cuatro secretos para mejorar la salud emocional y así vivir en equilibrio.
1. Aprender a manejar las emociones.
Muchas veces el malestar emocional se convierte en malestar físico y si no se presta atención en el momento indicado se puede convertir en enfermedad. Por ejemplo, a veces el estrés se ve reflejado en dolores crónicos de espalda, de cuello, o problemas de estómago o incluso en enfermedades como el cáncer. Por ello, se debe aprender a reconocer estas emociones negativas, liberarse poco a poco de los problemas a través de acciones que permitan tener una vida más tranquila, como ir al cine, pasar más tiempo con seres queridos, bailar, hacer yoga o retomar un pasatiempo que se dejó de lado
2. Cuidar la alimentación para incrementar los niveles de energía.
La mejor manera de cuidar el organismo de manera emocional y física es proporcionándole una alimentación equilibrada y de calidad. Incluir alimentos funcionales como lácteos, frutas, cereales con fibra y agregar en la dieta vitaminas u otras alternativas naturales como el magnesio y zinc potenciarán la energía.
3. Hacer ejercicio para aliviar el estrés y mejorar el estado de ánimo.
El ejercicio ayuda a mantener el cuerpo en actividad, mejora la salud física y el estado anímico. Se recomienda realizar cualquier actividad física por lo menos 30 minutos por día o por lo menos tres veces a la semana. También practicar ejercicios de meditación y técnicas de respiración para liberar el estrés, evitar la ansiedad y lograr ese equilibrio que tanto se desea.
4. Calidad de sueño:
Es recomendable irse a la cama a la misma hora todos los días y descansar entre siete u ocho horas cada día. Esto permitirá que se adopten hábitos para tener un sueño mucho más reparador. Dormir rehabilita la mente, permite que el cuerpo recupere fuerza y energía. Cuando no se descansa lo suficiente se puede tener sensaciones de cansancio, confusión o estar propenso a sufrir ansiedad durante el día.
Este artículo fue publicado originalmente en el diario en El Comercio